sábado, 7 de enero de 2012

Están quitando la ñ de nuestros teclados

Yo la conservo a base de embrutecerme en negaciones

Y de no aceptar su irrevocable desaparición

Pero estoy palideciendo cada día más

De eso sí me doy cuenta mientras tiendo mis manos

Cada día más consumida en actitud de intransigencia

¿Para qué queremos la ñ si ya no queda nada de España?

Nos lo han quitado todo, ya ni la gente se enamora en este país

Queda el hilo filo del humor atravesado en nuestros corazones

Toda una generación e incluso dos generaciones de jóvenes

Que desayunamos en el Starburks que han abierto en Atapuerca

Trasnochados, mirándonos a los ojos que antaño varaban

Sobre un cielo prometedor, lamiéndonos los huesos

Hemos perdido en profundidad, hemos ganado mucho en relaciones vacuas

En coitos estériles, mientas cientos de seguidores del Papa se concentran

En la Sagrada Familia y nos regalan los peces con los que cubrimos

Nuestros pies descalzos,

Aunque seguimos creyendo en la fotodepilación, y en Mariñas

Y en los implantes de tetas y en aparentar que no necesitamos la ñ

Para escribir el alemán o para vomitar un sábado por la noche

Estamos tan translúcidos como el papel de fumar

Tanto que parece mentira que algún día pudiéramos contener algo

Sin embargo a mi todavía me cabe la rabia

La nostalgia y una tristeza sedienta de llorar a España

Con Ñ y con Antonio Machado

viernes, 6 de enero de 2012

Te crees muy fuerte en tu posición

Jugando maquiavélicamente con los colores

Para al final ofrecerme sólo tonos suaves

Me das de comer tu tibia desgana

Pero lo que no sabes es que puedo volverte loco

Puedo tirar tu mirada al piso

Clavarte al suelo y que supliques en lenguas extrañas

Sabrás susurrarme entonces que te devuelva tu espacio

Cuando te haya vaciado de todo menos de la imagen

De mi cuerpo invadiéndote

Dándote la vuelta inyectándote fuego en los testículos

Hasta que se mueran todos tus recuerdos de cordura

Y caigan árboles glaciales en mitad de tu pecho

Vas a ver como no te acuerdas ni de andar

Incorporándote como un cervatillo que acaba de ver el mundo

Realmente vivo en su demencia

  La sangre se confunde detrás de los focos, ya no es roja, ya no es sangre. Las balas se equivocan al salir de las armas, ya no es ca...