Están quitando la ñ de nuestros teclados
Yo la conservo a base de embrutecerme en negaciones
Y de no aceptar su irrevocable desaparición
Pero estoy palideciendo cada día más
De eso sí me doy cuenta mientras tiendo mis manos
Cada día más consumida en actitud de intransigencia
¿Para qué queremos la ñ si ya no queda nada de España?
Nos lo han quitado todo, ya ni la gente se enamora en este país
Queda el hilo filo del humor atravesado en nuestros corazones
Toda una generación e incluso dos generaciones de jóvenes
Que desayunamos en el Starburks que han abierto en Atapuerca
Trasnochados, mirándonos a los ojos que antaño varaban
Sobre un cielo prometedor, lamiéndonos los huesos
Hemos perdido en profundidad, hemos ganado mucho en relaciones vacuas
En coitos estériles, mientas cientos de seguidores del Papa se concentran
En la Sagrada Familia y nos regalan los peces con los que cubrimos
Nuestros pies descalzos,
Aunque seguimos creyendo en la fotodepilación, y en Mariñas
Y en los implantes de tetas y en aparentar que no necesitamos la ñ
Para escribir el alemán o para vomitar un sábado por la noche
Estamos tan translúcidos como el papel de fumar
Tanto que parece mentira que algún día pudiéramos contener algo
Sin embargo a mi todavía me cabe la rabia
La nostalgia y una tristeza sedienta de llorar a España
Con Ñ y con Antonio Machado