domingo, 29 de noviembre de 2009

Recuerdo la última glaciación
Cuando dedicaba casi todo mi tiempo a observar
En tu entrecejo el vaho de mi voz
Entonces podía pensar
En hacer la compra, en rellenar formularios
En pintar o no pintar mis mejillas
Con arcilla
Encendíamos un fuego en el hogar
Y mi lengua caminaba por tu cuerpo
Asi de fácil

Han pasado los años y durante todo este tiempo
Mientras hacía la compra,
Y rellenaba formularios sólo podía pensar
En los paísajes de tundra
Y en los macizos helados
Nos imaginaba dejándonos llevar por las basquisas
Acercándonos

Después de siglos
Al Gore anuncia un nuevo cambio clímatico
Antrópico acelerado,
Espero que eso sea para ti un reclamo a la nostalgia
Y vuelvas a mi lado

sábado, 21 de noviembre de 2009


Aquella mañana me regalaron un engaño que tenía el tamaño de un zeppelin y también volaba ingravido hasta la espesura del cielo albaceteño. Quise agradecerle a la universidad y a su sección de contratos de trabajo tanta generosidad pero por el camino que te lleva del odio a la venganza encontré un paisaje que dio un vuelco a mi mente rabiosa. Desde el banco de madera el otoño era la portada de una revista con árboles pequeños y de copas redondeadas, unos amarillos como una mochila de Piccachu, otros ocres, otros un poco verdosos. El silencio era un eco de ramas flacas y retorcidas y detrás de los árboles redondos, detrás había otro banco vacío idéntico al que sostenía mis reales posaderas. Entonces pensé que en algún punto seríamos inmunes a la inmundicia mundial (redundando la redundancia). Frente a un paisaje como el de aquella mañana puede venir un enano que de un salto inesperado y desproporcionado me robe la gorra, y me daría igual, incluso aplaudiría al enano y a su rápido movimiento de piernas, también puede morir Apollo Creed de la manera más tonta después de tres películas pensando de forma cabal, que me da igual, incluso le propongo a Stalone una actualización de guión, en lugar de una pontente y dopada maquina sovietica que lo mate un pirata somalí menor de edad. Desde esta perspectiva me doy cuenta de que los problemas son una excusa para no mirar paisajes, de que los perros que persiguen pelotas de goma, aunque en principio salen corriendo detrás de la pelota, luego nunca sabes con lo que van a volver entre los dientes. Me doy cuenta de que lo vivido, de que incluso lo no vivido, son parte de una misma cosa, impredecible y estúpida, pero también inspiradora y emotiva, en plan zen transcendental, en plan Jean Paul Sartre y el fresa de Truffaut, esa misma realidad que es el tiempo que nos ubica en distintos paisajes. Me doy cuenta de todo, con milongas y nostalgias, con robos universitarios, con el kilo que acabo de engordar, con disputas parentales, con el jueguecito un tanto absurdo al que nos acostumbramos, con lo que extraño la Estrella Levante y a mis amigos murcianos, e igual me gusta…. Que más puedo decir?¡¡¡¡que me mate ya mismo un pirata somalí!!!

viernes, 20 de noviembre de 2009

Esa camisa imantada
Tenía el efecto de una fotocopiadora
Replicas exactas de mi mirándola
Quisé abrazarla para que no se perdiera
Como hizo él que también tenía camisas imantadas
Y se fue con su camisa
Mientras me quedé girando gravida
Sin su cuerpo- eje
En la estupidez de los días espaciales
Cuando los meteoritos conspiraban
Con abrirme un boquete entre las sienes
Y los niños miraban desde el palco mi previsible final
Entonces encontré tu camisa
Que huele a aseptico, a medicina
A suero, que huele como debe oler
Y quise abrazarla no porque necesitara
Olvidar mi aventura espacial
Ni en la esperanza de rellenar vacíos
Ni en la consabida atracción sexual
Al final la abracé
Por el juego de luces y sombras
Porque pensé que era de franela
Por los botones blancos verticalmente ubicados
Y por su noventa y ocho por ciento de algodón

  La sangre se confunde detrás de los focos, ya no es roja, ya no es sangre. Las balas se equivocan al salir de las armas, ya no es ca...