martes, 23 de junio de 2009

Sé que no soy gran cosa pero puedo hacerte feliz
El mar sigue tendiendo sus puentes
Construyendo alternativas
Posibilidades imposibles
El mar brota ahora debajo de mis uñas
Alrededor de mi silueta

Cansado de engañarme
Rompe contra la orilla sus perros famélicos
Aunque socorridos por el futuro que imagino

martes, 9 de junio de 2009

Hotel Meridiam, habitación 1520





Indefenso las manos pequeñas se sostienen
Ancladas en mi piel
Se agarran con sus nudillos
A la levedad del instante
Al otro lado de la pantalla nuestros ojos,
No podemos mirarnos a la vez
Esperamos que se procese la imagen en el miedo.

Han pasado los meses en el desierto,
Con su misma intensidad el sol sobre las huellas
Ha petrificado la huida.

Pero el Hotel Meridiam nos aguarda
Para revivir el pasado sin ser vistos
Para intentar explicarnos los meridianos
Que auxiliabas con tus besos
Que escribías con tus ojos extraviados

El polvo del desierto en una caja
Mírame, lo extiendo sobre mis pómulos
Mírame, todavía puedo hacerte reír
Soy el desierto y sus dunas
A lo largo de la carretera
Donde el sol inyecta su fuego hasta el infinito
Al que nos dirigimos ingrávidos
Como monosílabos de niños

En el Hotel Meridiam jugamos con mi nombre
Lo recitamos con acento chicano
Y nos bebemos como si el desierto
Fuera un campo de exuberante vegetación
Con manantiales, con cascadas heladas
El pasado que no hablamos
Se agolpa entre las paredes del hotel.
Vuelvo a tener tus ojos sobre los míos
En este sueño de cal que me disparas
Volvemos a burlarnos de nuestras miopías
Y la noche se extiende por mi cara
En el momento justo en que termina la película
y sólo quiero contarte que la vi



  La sangre se confunde detrás de los focos, ya no es roja, ya no es sangre. Las balas se equivocan al salir de las armas, ya no es ca...