martes, 16 de noviembre de 2010

Nada renace, dije muchas cosas
Me detuve una tarde de invierno
En mitad del parque a recoger una hoja
A mirarla por los dos lados
la puse en el mismo sitio
pero a la hoja ya le pesaba mi carne
también quise alejarme de esos dedos cardinales
si todo es gozo
le dije susurrando en la misma garganta de la tierra
si sólo me estas esperando
por qué me siento tan atraida
por los cuerpos inertes
cuando siempre hablas del placer
de correr a todos lados buscando
contemplando y exhalando
toda esa batalla por la vida
es para quien no recuerda una hoja
después de treinta años

sábado, 6 de noviembre de 2010

Estuvimos cogiendo como autenticos desesperados
Como retrasados mentales
Toda la noche como quien espera sobrevivir a una sobredosis
Las manos palpando las luces de la calle
En su angostura la raquítica luz de las farolas
Y mi vientre alabado por su planicie
En ese momento en que perdimos algo
Lo perdimos todo
Y nos dio por pensar en animales camuflados
En una selva de humedad y de raices altas
Saliendo de la tierra doblando nuestros cuerpos
Como espias morbosos
Cuando mi lengua comenzó a recitar en arameo
Poemas de la península del Sinaí
Por suerte fue a él a quien le sobrevino
la culpa del pueblo errante
mientras yo sentía únicamente el peso de la arena del desierto

  La sangre se confunde detrás de los focos, ya no es roja, ya no es sangre. Las balas se equivocan al salir de las armas, ya no es ca...